jueves, 7 de marzo de 2013

LLAMAMIENTO A CONSTRUIR UN ESPACIO POLÍTICO E IDEOLÓGICO INTERNACIONAL

Al tiempo que la comunidad zapatista hacía pública su disposición a estimular un proceso global de cambio desde abajo, algunas cabezas a este lado del Atlántico pensaban en hacer un llamamiento internacional con el fin de conectar a los distintos proyectos e iniciativas autogestionarias a lo largo del planeta. La intención no es otra que la de, mediante la cooperación y el apoyo mutuo, comenzar a establecer una red que sirva como base de un desarrollo posterior a todos los niveles. La intención es la de promover una Revolución Integral.

Como Revolución Integral entendemos el proceso de significación histórica para la construcción de una nueva sociedad, basada en la autogestión y la abolición de las formas de dominación imperantes hoy en día: el Capitalismo, el Estado y todas aquellas que afectan a las relaciones humanas y a la naturaleza.

Para ello es necesario crear un espacio de encuentro donde deliberar, reflexionar y trabajar sobre las formas concretas de desarrollar esta (r)evolución. De aquí nace el llamamiento a construir dicho espacio internacional de confluencia denominado Bloque para la Revolución Integral, que curiosamente ha venido a coincidir en el tiempo con el grito lanzado por los zapatistas en el mismo sentido. Habrá quien lo pueda ver como una señal, si bien no son más que el hartazgo e inconformismo personal y colectivo en distintos lugares del mundo pero que operan bajo las mismas leyes de imposición y explotación, esas (las de mercado) que han provocado una misma y rotunda respuesta en el tiempo: sí puede ser de otra manera. Y, además, estamos dispuestas a trabajar por ella.




El Bloque se propone como un marco ideológico, en vez de una organización, en el que todos los colectivos participantes sean completamente autónomos, así como las distintas iniciativas que surjan en el mismo. Los principios básicos de dicho marco son la lucha contra toda forma de autoridad y dominación; a través de la construcción de una sociedad que se caracterice por unas relaciones humanas equitativas basadas en la libertad; la autoorganización a través de asambleas populares soberanas; la recuperación de la tierra y los medios de producción como bien común; el desarrollo de un sistema económico público (que no estatal) autogestionario y cooperativo desde el apoyo mutuo; la liberación del acceso a la información y al conocimiento; y el respeto en nuestra relación con la naturaleza en pro de su conservación.


Para ampliar información:


José Manuel Ortiz Martínez