domingo, 25 de noviembre de 2012

LA PRENSA TRABAJA PARA QUE NADA CAMBIE


Tras la huelga del 14N vivimos la resaca en los medios (prensa, televisión, radio y medios digitales). Dista ya más de una semana de la pantomima urdida por las élites sindicales amparadas en su burocracia y cada vez más alejadas de sus bases.

En los medios destaca un guión que se viene repitiendo desde hace ya algún tiempo, bailes de cifras que marean, tertulias con editorial que no se salen de su guión, piquetes ejemplares de “quita y pon”, crónicas realizadas con anterioridad a los hechos... Y en primera plana “los antisistema”, los culpables de todo, volvieron a tomarla con el mobiliario urbano y los bancos. Los tertulianos llegan incluso a denominarlos como “los revienta-protestas”, pero, pensémoslo bien.

Históricamente las protestas que han derivado en mejoras sociales o cambios de rumbo del gobierno de turno no se parecen en nada a la “protesta” orquestada por las élites sindicales el pasado 14N, en realidad su “protesta” era más bien absurda, pues se habían rendido antes de empezar porque a las huelgas se les puede poner fecha de inicio, pero nunca de fin, porque en este caso se han perdido antes de iniciarse.
 
En las manifestaciones ocurre algo similar, el objetivo de una manifestación pudiera ser una demostración de fuerza del pueblo para que las mafias gobernantes supiesen que deben andar con cuidado, pues las agresiones que cometen contra el pueblo pueden tener sonoras respuestas que les hagan temblar las piernas, que los tiren para atrás por miedo a que el ambiente se caldee más. Ellos no temen en absoluto un día de huelga sin incidentes ni apenas pérdidas (a pesar de que se empeñen en manipular los datos para elevarlos hasta el infinito y el absurdo) porque todo estará bajo control, el recorrido autorizado, la marcha escoltada y la vuelta a casa en fila de a uno sin alzar la voz como si nada hubiera ocurrido. Lo que temen es que el pueblo salga a la calle a reclamar lo que es suyo, cabreados, rechazando los medios que ofrece el Estado a través de sus instituciones (incluido el sindicalismo de Estado), tomándola directamente con los artífices de la crisis, plantando cara a la banca y sus secuaces, a la patronal, a la aristocracia aún existente y demás lacra social.

Por ello a partir de una de sus principales armas, los medios de comunicación, inician una campaña de criminalización. Hablan de piquetes informativos que nada tienen que ver con los piquetes de verdad, de manifestaciones ejemplares que tan sólo conducen a una guerra de cifras y de huelgas que transcurren si incidentes ni apenas incidencia.

Pero ¿si en realidad las personas que señalan con el dedo a quien lanza una piedra en una manifestación, las personas que van a darse un paseo con principio y final y con actitud festiva son las que impiden que dicha protesta alcance cualquier objetivo y además intentan neutralizar la acción de los grupos que salen a la calle con la intención de armar escándalo, hacer saber a los bancos que no los queremos en nuestros barrios, hacer saber a la policía que no la queremos en nuestras vidas? ¿Quiénes son los revienta-protestas?

Antaño los llamaban revolucionarios, ahora antisistema. NO PERMITAMOS QUE LE DEN LA VUELTA A LA TORTILLA, DÉMOSELA NOSOTROS. Ante las agresiones de la banca, el capital y las instituciones, no podemos simplemente interpelar y seguir como si nada hubiese ocurrido, es necesario plantar cara, enseñar los dientes y recibir al ladrón como le corresponde, con palos y piedras.


LA PRENSA TRABAJA PARA QUE NADA CAMBIE
Juventudes Libertarias Elche-Vega Baja